jueves, 29 de octubre de 2015

Trinity Alps, California

Como dije en la entrada sobre Portland, tengo muchos familiares en EEUU. Es un vuelo bastante caro, pero intentamos ir cada dos veranos. En muchos de estos viajes, aprovechamos estar del otro lado del charco para ver otros lugares del continente. Uno de estos sitios fueron los impresionantes Trinity Alps.

Los Trinity Alps son una cordillera que forma parte de la cadena montañosa de Klamath y se encuentra entre los districtos de Siskiyou y Trinity (de ahí su nombre) en el norte de California. Su punto de más elevación es Thompson Peak, con 2744 msnm. Está repleta de lagos cristalinos que adornan las laderas rocosas y de una gran variedad de flora y fauna.

La ruta consistía en, desde el coche, subir y bajar por una ladera montañosa y entrar en un valle que tuvimos que seguir hasta llegar a una catarata que cae del lago Grizzly, de origen glaciar. Al llegar a la catarata, nos esperaba una subida casi vertical y rocosa hasta el lago, que era la base de las montañas que íbamos a escalar. Ahí es donde montamos nuestras tiendas de campaña y, el campamento base, a partir hacíamos escaladas diarias para volver y dormir a orillas del cuerpo de agua.

Son muchos los buenos recuerdos que se quedan conmigo de ese viaje. Fui con mi padre, uno de mis tíos y su hijo (mi primo) durante una semana. Pero por muy divertido que haya sido, también tuvo sus dificultades. Un problema era el peso de las mochilas: esto no es un simple paseo de senderismo, sino una excursión por la montaña en la que había con tienda de campaña, sacos pesados, comida para una semana, bombas con filtros para reponer agua en ríos o lagos... Para disminuir el peso, mi padre planeó comida que ocupase muy poco y que nos alimentase "lo suficiente para sobrevivir"... jamás pasé tanto hambre. Lo peor era que tenía que ver a mi tío y primo, quienes llevaron muchísimas provisiones, comiendo hasta hartarse. Os podréis imaginar cómo difruté de la primera comida al volver...


Otra anécdota que no puedo olvidar es la noche que nos atacaron los ciervos. Después de la primera noche, mi padre y yo nos despertamos y miramos por la pantalla de malla de la tienda de campaña para observar el panorama. Yo, que suelo ser muy atentos a detalles, me fijo en que mi gorra, que había dejado encima de mi mochila, estaba llena de polvo a unos 5 metros de donde la había dejado. Veo que mi tío ya está preparando su desayuno y le pregunto si sabía algo sobre el tema. Después de mirarme durantelo que parecieron unas cuantas horas me dice "Me estás vacilando, ¿no?". Al parecer, mi padre, mi primo y yo (que habíamos dormido toda la noche sin ninguna interrupción) nos habíamos perdido uno de los mayores ataques de ciervos. Nos costó creérnoslo al principio, ya que los ciervos suelen ser muy pacíficos. Pero nos habían lamido toda la ropa sudada que estaba secando para sacarle el sudor. Hubo un momento que empezaron a empujarla tienda de campaña de mi primo y tío para intentar alcanzar algo que estaba guardado debajo; le dieron cabezazos a mi primo desde fuera de la tienda y él ni se enteró. Menos mal que mi tío se pasó varias horas tirándoles piedras para espantarlos y solo quedó en una anécdota...


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